Hace de la brujería una práctica artística, confía en las relaciones simbólicas que surgen a partir de la lectura de adivinación y las enuncia. Trabaja con la materialidad de archivos históricos, mágicos y personales. Principalmente con las fuentes inquisitoriales que mencionan a mujeres llamadas Maria Mendez siglo XVI- XVII entre Colombia y México. 

La artista se ha convencido de que comparten algo más que su nombre.  

Sus proyectos son de largo aliento, el proceso es abundante, en sí mismo, son un resultado atravesado por los ritmos de la cotidianidad y la maternidad. 

Entiende la cocina como un lugar de encuentros que convoca a la creación, sin omitir las particularidades que el acto mismo de encontrarse sugiere; ha sido invitada a cocinar con mujeres de la Región insular Cartagena y río Magdalena Colombia y  México.